La Ciencia Cognitiva es la rama del conocimiento, asociada a la psicología, que estudia los sistemas de procesamiento de la información. En otras palabras, es el estudio de cómo se aprende. Si decimos que el aprendizaje es un proceso continuo, propio de la mente que, en su labor, recoge información del ambiente y se apropia de ella ¿es igual estudiar que aprender? Aunque están muy relacionadas, no son lo mismo. El estudio, por su parte, es el proceso de desarrollo de habilidades mediante la adquisición de conocimiento a través de la experiencia. El estudio es un procedimiento activo y autogestionado para el aprendizaje. Estudiamos para aprender. Entonces ¿siempre que estudiamos aprendemos? Es lógico pensar que sí, pero no siempre es de esa manera.
Para entenderlo, es necesario aclarar un tercer elemento: la educación. Entendemos la educación como un proceso formativo sustentado en la enseñanza para el aprendizaje. La educación es el marco, lo que aporta el entorno; el estudio es el esfuerzo de la persona y el aprendizaje es el resultado. La educación como derecho fundamental se adelanta a través de un sistema en cada país, empezando innegablemente por lo que en la casa se enseña o se vive. Estudiar, por su parte, implica una decisión, un compromiso por parte del aprendiz para avanzar en su proceso formativo. ¿Siempre que se enseña se aprende? Tristemente no. El método de enseñanza no siempre está alineado con las necesidades para el aprendizaje. El sistema de educación de cada país está diseñado para responder a las condiciones del promedio, lo que obliga a estandarizar a los alumnos y que se acomoden al sistema.
Siempre se aprende cuando se estudia, así como no siempre se es un buen o mal estudiante dependiendo del rendimiento académico.
Hay un punto crítico en todo esto. El aprendizaje como proceso tiene cinco fases: Percepción, Motivación, Comprensión, Retención y Recordación; saltarse o desconocer alguna es truncar la adquisición del saber. Para aprender la manera de estudiar debe estar acorde con estas fases del aprendizaje. El método de estudio debe acomodarse a las capacidades y habilidades de cada individuo, dando espacio a ejercitarse respetando cada una de las etapas del aprendizaje. Don Francisco Barahona, un estudioso permanente del tema, logró una claridad sobresaliente sobre el cómo y el para qué del aprendizaje. Plasmó ese conocimiento en el diseño de un método acorde con cada fase del aprendizaje y cómo fortalecerlas. Este Método, conocido como el método IPLER, tiene una correspondencia directa en su sigla con cada etapa del aprendizaje.
Como fue concebido, el Método Ipler se convierte en un entrenamiento, encaminado a desarrollar los hábitos que definen un estudiante, para lograr el compromiso que requiere estudiar. Al establecer conductas permanentes que posibilitan un verdadero aprendizaje, el resultado natural es una mejora constante en el rendimiento académico. Siendo el estudiar un hábito y no una carga, aprender será un gusto y no una obligación. El aprender es el único camino a la formación, la educación es la oferta del ambiente en ese camino, pero es el estudio lo que hace que se recorra ese camino. Sólo una buena manera de estudiar permite aprender.
Bibliografía
- Barahona Francisco; 2011; ¡Estudien con éxito! Nivel superior; IPLER CI S.A.
- Braidot Néstor; Aprendizaje no asociativo, habituación y sensibilización, Aplicaciones en neurociencia; en https://landings.braidot.com/wp-content/uploads/2019/04/QR-P6-APR-NO-ASOCIATIVO-HABITUACIaN-SENSIBILIZACIaN.pdf; recuperado el 13/09/24 4:00 pm.
- Congreso de la República de Colombia; 1994; Ley 115 de 1994
- Gross Richard; 2012; Psychology: The Science of Mind and Behaviour 6th Edition (en inglés). Hodder Education.
- Herrera Clavero Francisco; 2003; Habilidades cognitivas; Universidad de Granada, Dpto. de Psicología Evolutiva y de la Educación
- Zorrilla Vicky; El estudio como proceso; en https://es.scribd.com/document/574238861/El-Estudio-Como-Proceso; recuperado el 13/09/24 4:00 pm.
