En un mundo acelerado, la multitarea parece haberse convertido en la norma. Desde revisar correos electrónicos durante una reunión hasta responder mensajes de texto mientras conversamos, la "multitarea" se ha instalado como un ideal de eficiencia en la vida moderna. Pero, ¿realmente mejora nuestra productividad? ¿Cuáles son los impactos de esta tendencia en el aprendizaje, la productividad y el bienestar general? Este artículo busca desmitificar algunas creencias sobre la multitarea y explorar su impacto en distintos contextos.
Los mitos tienen la capacidad de arraigarse en nuestro conocimiento colectivo porque apelan a nuestra intuición, se vuelven populares y, al repetirse una y otra vez, se exageran. Con el tiempo, se transmiten de generación en generación, consolidándose en nuestras creencias cotidianas. Por ello, los mitos de la multitarea incluyen:
La multitarea se define como la realización de múltiples actividades al mismo tiempo. A nivel cognitivo, implica que el cerebro cambie rápidamente de una tarea a otra, en lugar de concentrarse en un objetivo único. Si bien puede parecer una estrategia útil para manejar grandes volúmenes de trabajo, investigaciones muestran que el cerebro humano no puede realizar tareas simultáneas sin perder eficiencia. Lo que realmente ocurre es un cambio rápido de foco, que reduce la productividad y aumenta la probabilidad de cometer errores.
Aunque algunas personas consideran que el multitasking es una habilidad valiosa, en realidad se trata de un proceso que conlleva un "costo de cambio". Este término se refiere a la energía y el tiempo que se requieren cada vez que el cerebro cambia de una tarea a otra. La Dra. Sahar Yousef, especialista en neurociencia cognitiva de la Universidad de California en Berkeley, explica que "al intentar hacer múltiples tareas, en realidad estamos cambiando de una a otra. Y cada cambio representa un costo en términos de tiempo y energía".
El fenómeno del "costo de cambio de tarea" describe cómo el cerebro necesita reajustarse con cada cambio, lo que genera fatiga mental, reduce la eficiencia y aumenta el riesgo de errores. La Dra. Yousef afirma que "todas las veces que cambiamos, se paga un precio. Es desgastante". Para mitigar este impacto, se recomienda enfocarse en una sola actividad hasta concluirla, lo que disminuye el desgaste cognitivo y mejora el rendimiento.
Impacto en los niños
Los niños que realizan tareas escolares mientras usan dispositivos electrónicos experimentan una disminución de la atención sostenida, menor retención de información y dificultades en la resolución de problemas. Además, la multitarea puede afectar su desarrollo cognitivo, generando fatiga mental, alteraciones en funciones ejecutivas y limitando el aprendizaje profundo y la creatividad.
Efectos en los estudiantes universitarios
Los universitarios que combinan el estudio con redes sociales suelen tener un desempeño académico inferior, ya que la multitarea afecta su capacidad de retención y aumenta el tiempo necesario para completar actividades. Además, la alternancia constante entre tareas provoca una fragmentación en la atención, lo que dificulta la profundización en el contenido estudiado y reduce la calidad del aprendizaje. Como resultado, los estudiantes no solo tardan más en completar sus tareas, sino que también retienen menos información a largo plazo.
Impacto en el ámbito laboral
La multitarea genera una falsa impresión de eficiencia, pero estudios revelan que cambiar de tareas puede reducir la productividad hasta en un 40%, con un aumento en los errores y en el agotamiento mental. Este proceso constante de interrupciones no solo afecta la calidad del trabajo, sino que también contribuye al estrés y al cansancio mental, lo que disminuye la capacidad de tomar decisiones acertadas. Además, la sensación de estar ocupado todo el tiempo puede llevar a una falsa percepción de estar siendo productivo, cuando en realidad se está perdiendo enfoque en las tareas más importantes.
Los hábitos son acciones automáticas que el cerebro transfiere a áreas más "automáticas", permitiendo ahorrar energía y liberar capacidad cognitiva. Por ejemplo, conducir una ruta conocida se convierte en un proceso rutinario que requiere menos esfuerzo consciente.
A diferencia de los hábitos, la multitarea implica realizar varias actividades que demandan atención activa. Cambiar entre tareas genera sobrecarga cognitiva, fatiga y reduce la eficiencia.
Mientras los hábitos optimizan el uso de los recursos mentales, la multitarea produce un alto costo cognitivo. Centrar los esfuerzos en actividades secuenciales y fomentar hábitos saludables puede mejorar la productividad y reducir el estrés.