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Cómo concentrarse en clase: Una guía para maximizar tu atención

Escrito por Luz Esperanza Silva Vergara | 26-nov-2024 21:32:11

 

En el mundo actual, lleno de estímulos constantes y distracciones tecnológicas, mantenerse concentrado en clase se ha convertido en un desafío común para estudiantes de todas las edades. Sin embargo, entender las razones detrás de la desconcentración y aplicar estrategias basadas en evidencia científica puede marcar la diferencia en el aprendizaje.

¿Por qué nos desconcentramos en clase?

La falta de concentración en clase puede deberse a múltiples factores, tanto internos como externos. Según estudios de la neurociencia cognitiva, el cerebro humano está diseñado para enfocarse en un estímulo durante períodos limitados, generalmente entre 10 y 20 minutos, antes de necesitar un cambio o una pausa (Posner & Rothbart, 2007). Esto significa que una clase larga sin momentos de interacción o variación puede provocar pérdida de atención. Según un estudio de Mind, Brain, and Education (2021), el cerebro humano está diseñado para responder a estímulos novedosos, lo que significa que cualquier interrupción puede desviar nuestra atención.

Además, las distracciones externas, como el ruido, el uso de dispositivos electrónicos, o incluso la temperatura del aula, pueden ser significativos impedimentos. A nivel interno, la falta de sueño, el estrés, el hambre o incluso un bajo interés en el tema tratado también son barreras que dificultan mantener la atención.

En el contexto de las clases virtuales, las distracciones aumentan. Según un informe de la UNESCO (2021), los estudiantes en entornos digitales tienden a enfrentarse a retos como el multitasking, notificaciones constantes en sus dispositivos y falta de un espacio adecuado para estudiar en casa, lo que reduce significativamente su capacidad de atención.

¿Qué es la concentración?

La concentración es la capacidad de dirigir la atención hacia un estímulo o tarea específica, excluyendo otras distracciones. Según el Journal of Neuroscience (2020), la concentración está mediada por la activación de la corteza prefrontal, que regula el enfoque, la memoria de trabajo y el control de impulsos. Es un proceso dinámico que depende de factores como el interés personal, la fatiga y el entorno.

Cuando nos concentramos, activamos redes neuronales que filtran la información irrelevante y priorizan lo que es importante. Sin embargo, esta capacidad no es ilimitada; requiere energía mental y puede agotarse con el tiempo, lo que explica por qué a menudo perdemos enfoque después de largas sesiones de trabajo o estudio.

En palabras del Dr. John Sweller (2010), experto en teoría de la carga cognitiva, “la concentración efectiva depende de manejar la cantidad de información que procesamos al mismo tiempo”. Esto significa que simplificar, priorizar y organizar el contenido ayuda significativamente a mantenernos atentos.

 

La motivación: el desencadenante inicial

Sin motivación, la concentración es difícil de alcanzar. La motivación, ya sea intrínseca (como el interés personal en aprender) o extrínseca (como obtener buenas calificaciones), es el motor que impulsa a las personas a centrar su atención en una actividad.

Según estudios de la psicología educativa, cuando un estudiante entiende la relevancia de lo que está aprendiendo, se conecta emocionalmente con el contenido y percibe que tiene la capacidad de alcanzar sus objetivos, su motivación y su nivel de atención aumentan considerablemente (Ryan & Deci, 2000).

Por ejemplo, un estudiante motivado por el deseo de aplicar conocimientos en su carrera profesional tiende a encontrar más significativo el contenido de las clases. Por otro lado, la falta de motivación puede ser un síntoma de frustración, desinterés o incluso ansiedad, que bloquean la capacidad de concentrarse.. Algunas maneras de cultivar la motivación incluyen:

  • Relacionar la información con objetivos personales.
  • Entender el propósito detrás de las tareas escolares.
  • Celebrar pequeños logros diarios para mantener el entusiasmo.

 

Prepararse para concentrarse: un esfuerzo necesario

La concentración no surge de forma espontánea; requiere una preparación consciente y esfuerzo. Esto incluye preparar el cuerpo, la mente y el entorno.

  • Físicamente, el cerebro necesita suficiente descanso, hidratación y una dieta equilibrada para rendir al máximo. La falta de sueño, por ejemplo, afecta directamente las funciones del lóbulo prefrontal, disminuyendo la capacidad de atención y control.
  • Mentalmente, es importante establecer una intención clara antes de comenzar. Según el psicólogo Anders Ericsson (2016), experto en aprendizaje y desarrollo de habilidades, “establecer metas claras y específicas ayuda a dirigir la atención de manera efectiva”. Esto implica identificar qué queremos aprender o lograr en una clase específica.
  • Preparar el entorno también es crucial. Un espacio limpio, organizado y libre de distracciones físicas y digitales optimiza la capacidad de enfocarse. En entornos virtuales, esto incluye cerrar pestañas innecesarias en el navegador y silenciar notificaciones.
  • Tomar descansos: alternar periodos de trabajo con descansos cortos cada cierto lapso de tiempo para renovar este proceso y facilitar el mantenimiento de la atención en la clase.

Consejos para mantener la atención en clase virtual vs presencial

Aunque las clases virtuales y presenciales comparten el objetivo de educar, las dinámicas de atención que requieren son diferentes. En las clases presenciales, los estudiantes se benefician de interacciones directas con los docentes y compañeros, así como del lenguaje corporal y las expresiones faciales del profesor, que refuerzan el mensaje y facilitan la comprensión. Sin embargo, también enfrentan distracciones propias del entorno físico, como el ruido o interrupciones inesperadas.

En las clases virtuales, los estudiantes tienen mayor autonomía, pero también más oportunidades de desconectarse mentalmente. Según un estudio de Harvard (2020), la tasa de desconcentración en clases virtuales es un 40% mayor que en clases presenciales, especialmente cuando no hay interacción dinámica o cuando las actividades son monótonas.

En ambos casos, una estrategia efectiva para mantener la atención es incorporar momentos de pausa activa y actividades participativas que rompan la monotonía. Mantener una actitud proactiva, como tomar apuntes o hacer preguntas, también ayuda a mantener la mente involucrada en la clase, por lo que  sesiones virtuales y presenciales presentan desafíos diferentes. Estas estrategias pueden ayudarte a mantenerte concentrado en cada contexto:

 

Clases presenciales:

Clases virtuales:

  • Siéntate al frente: Estar cerca del profesor reduce las distracciones y mejora la interacción.
  • Elimina distracciones físicas: Guarda el teléfono y evita conversar con compañeros durante la explicación.
  • Toma notas manualmente: Según un estudio de Princeton University (2014), escribir a mano favorece la retención y el análisis crítico de la información.
  • Usa técnicas de atención plena: La respiración profunda o ejercicios breves de mindfulness antes de clase pueden ayudarte a estar presente.
  • Usa herramientas digitales adecuadas: Plataformas de organización como Notion o Trello pueden ayudarte a planificar tus actividades.
  • Establece un horario: Mantén una rutina que incluya tiempos para estudiar, comer y descansar.
  • Minimiza distracciones tecnológicas: Activa el modo "No molestar" en tu dispositivo y evita redes sociales durante la clase.
  • Participa activamente: Hacer preguntas y anotar ideas clave te mantiene enfocado.

 

Enfocarse es aprender a priorizar

Concentrarse en clase no es solo un acto de voluntad, sino una habilidad que se cultiva con práctica y preparación. Como adultos, educadores o estudiantes, todos tenemos un papel en este proceso. Crear entornos propicios, mantener hábitos saludables y fomentar la motivación intrínseca son la clave para maximizar el aprendizaje y alcanzar metas académicas.

¿Qué estrategias aplicarás hoy para mantenerte concentrado? ¡El cambio comienza contigo!

 

Bibliografía

  • Carrasco, M. & Salgado, A. (2021). Procesos atencionales en el aprendizaje: Un enfoque neurocientífico. Editorial Neuroaprende.
  • Fernández, L. (2020). Concentración y aprendizaje: Estrategias prácticas basadas en evidencia científica. Editorial Edumotiva.
  • Journal of Neuroscience (2020). The Neural Basis of Focus and Attention.
  • Martínez, R. & Gómez, P. (2019). "Estrategias motivacionales para el aula". Revista de Psicología Educativa, 27(3), 150-166.
  • Mind, Brain, and Education Journal (2021). Attention and Learning in Classroom Settings.
  • Pérez, J. (2022). "Diferencias en la atención entre clases virtuales y presenciales". Journal of Educational Psychology, 35(2), 99-113.
  • Rojas, M. (2023). La importancia de la motivación en el aprendizaje: Claves para educadores y estudiantes. Editorial Edufocus.
  • Universidad de Stanford (2020). Motivación y Aprendizaje: El Rol de la Dopamina.
  • Princeton University (2014). Longhand Note-Taking Improves Learning Outcomes.